jueves, junio 02, 2011

Terror

Terror, miedo, e incluso histeria. El terrible presentimiento de que a alguien le ha pasado algo malo. Buscar a ese alguien y que no esté por ninguna parte. Buscar debajo de la cama por si se ha hecho daño y en la bañera por si se ha caído. Darte cuenta de que solo puede llevar puestas las pantuflas y que tiene que estar dentro de casa. Lo último en la cabeza de todos, lo primero en la mía "¿Se ha suicidado?" observar con cuidado la barandilla buscando signos de caída. Gracias a Dios, nada, pero el misterio persiste. Preguntarle al descansillo de la escalera y que te responda el eco de tu voz una, dos, tres veces... comenzar a llorar por el teléfono... "no la encuentro" ¿y como no la vas a encontrar? ¡es una anciana que no puede andar apenas! volver a buscarla. Y nadie.
¿Al final? Estaba cuatro pisos más arriba echándole la bronca a su nieta por que le ha robado un secador. Lo cual por cierto, es mentira. Y a mi me sacan de mi plácida lectura para hacerme esta jugarreta. Me preocupa. Me pone de los nervios. Y me vuelve a preocupar.

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