viernes, abril 15, 2011

Te echo muchísimo de menos.


Querido papá.

Otra vez estoy aquí esperando que te conectes al Skype. Tengo miles de cosas que contarte. Algunas muy tontas y pequeñitas. Que sé que si estuvieras en casa quizás no tendría ganas de contarte.
He empezado a leer "Cien años de Soledad". Me gusta como escribe García Marquez, pero me aburren los temas. Aunque admito que a veces me encuentro pensando que es un bodrio, otras me sorprendo ante la manera audaz en la que cuenta todo lo que no quiere contar. Me gusta las disposición de sus comas y de sus puntos, como si hubiera una especie de ritmo en el libro. Ayer estuve buscando en casa de mamá mientras no estaba "La buena tierra", pero no lo encontré. También vi la entrada de a casa. Toda rosa fosforita.

Hablando de mamá. Ayer me peleé con ella aunque por el espacio de veinte agradables minutos hablamos normalmente, me pregunto por mi vida y por cosas sin importancia. Luego se enfadó y acabamos gritándonos hasta que colgué por que no aguantaba la tensión. La verdad es que ha sido bueno para recordar por que me fui de casa y para no perder las esperanzas absolutamente. Le guardo ahora el mayor de los odios, y es simplemente, demasiado duro. Quizá cuando crezca pueda llamarla por teléfono sin temblar. Quizás ella deje de decir que me has lavado el cerebro o que estoy loca. Quizá deje de hablar del tema.

Viniendo hacia el ordenador he vislumbrado la que podría ser la historia para el concurso de relatos del colegio. Últimamente tengo la cabeza llena de ideas. Mi profesora de ciencia me ha dicho que la imaginación se estropeará con el pasar de los años. El profesor de lengua, sin querer, ha dicho lo mismo. Eso, sumado a unas cantidades de ingentes de azúcar que consumo gracias al contrabando de sustancias prohibidas (cocacola y chocolate blanco) que infiltro en la casa de la yaya mientras no estas, estoy que me subo por la paredes y escribo un montón. Tengo que contarte de otra novela que he empezado a escribir y que pienso que es realista pensar que puedo escribirla.

Hoy he conocido a Lucas. He descubierto que estoy muy bien vestida de caballero. Hay un chico que me abraza en ajedrez y me asusta. He ganado la mitad de las partidas que he jugado del campeonato. Stephen y yo somos otra vez amigos. Me muero de ganas de ir a Málaga. Me muero de ganas de ir a Asturias. Me siento super mayor. Me siento super pequeñita.

Te quiere muchísimo
Adri

1 comentario:

TrisTras dijo...

no te preocupes. en la vida todo llega y todo se pasa, la cuestion es la paciencia. aprovecha que tu la tienes y que sabes usarla.
y nunca (entiende esto bien)NUNCA seras algo pequeño, ya sea porque cada persona es en si misma un universo unico e infinito o porque te puedes subir a mis hombros si te hace falta ^^
¡¡arre caballito!!