(Quizás yo no sea la más adecuada para escribir, sobre esto, pero
en fin, "¡qué me quiten lo bailao!")
Sentía una mezcla de euforia enfermiza e histeria estúpida que
me impedía concentrarme. Estaba enamorada. La cabeza me daba vueltas. Intentaba
concentrarme en hacer la comida, en entender un libro de la carrera... incluso
ver la tele me volvía loca. "¿Le gustaría esta comida a él? ¿tendré la
oportunidad de que la pruebe algún día?" o "¿entendería este
libro él? ¿le gustaría el tema?" o peor aún "A lo mejor a él le gusta
esa rubia de la nueva película de acción. Sí, seguro que le gustan las rubias
¿y si me tiño el pelo?"
Solo la noche parecía ofrecerme un poco de
descanso, refugiándome en un sueño en que podía darle la mano, o un tierno
abrazo, al que él correspondía con una lágrima de alegría y un "yo siempre
te he amado"
PAMPLINAS. Soy una mujer del siglo 21. Y
él no piensa en lo que yo siento. ¿Por qué debería pensarlo yo?
Mi cabeza se hacía trizas. Como mujer me
sentía desorientada. Mis compañeras de carrera parecían tener una manera muy
diferente de pensar con respecto a los hombres. En una de sus habituales
charlas habían comenzado a hablar de culos. Que si el culo de este era mejor,
que si el otro peor. Yo sinceramente no le había mirado el culo a un hombre en
la vida. No me había fijado ni siquiera en las partes traseras de ninguna de
las esculturas o representaciones pictóricas de las muchísimas obras de arte
que había estudiado durante la carrera. Sin embargo unos ojos azules, una manos
grandes, una sonrisa... aquello sí me resultaba atractivo.
Mis amigas habían dado un paso más en lo
que para ellas era ser una mujer del siglo 21 y para mi era intentar parecerse
más a un hombre.
Yo no me engañaba. Yo también tenía esa enfermedad que parecía imbuirnos a todas en ganas de parecernos a nuestros
congéneres masculinos. Como mi madre se había fugado con otro siendo yo aún
pequeña, en lo profundo de mí ser guardaba un conflicto con mi yo femenino. No
os equivoquéis. Estaba feliz habiendo nacido mujer, porque de hecho a la
mayoría de los hombres les resultan atractivas las mujeres. Por otro lado
renegaba de muchas de las costumbres milenarias de mis compañeras. Algunas
veces acerté, librándome de cosas en mi opinión son tonterías. En otras, fui
convenciéndome de que tenía que ser más femenina.
Aún así hay otras cosas, como mirarles el
culo a los hombres, que sinceramente no entiendo y creo que no entenderé jamás.
Es decir, una cosa es librarnos de los clichés de nuestro sexo y otra muy
diferente apropiarnos de la forma de pensar de nuestra contraparte, que creo
yo, que además no es especialmente brillante.
Otra cosa que no entiendo es el sexo, que
por mi parte no tengo ninguna prisa por experimentar. Los hombres están locos
por el sexo (esa impresión nos dais chicos) y las chicas... yo qué sé. A lo
mejor soy yo la rara de este mundo, pero me da la impresión de que a nosotras eso
no nos corre prisa.
Bueno, eso creía yo, pero las últimas
veces que he hablado con mis compañeros se ha dado una curiosa anomalía. Como
es costumbre todos, chicos y chicas quedamos juntos para tomar una copa (una
copa... de coca-cola en mi caso, porque no tengo resistencia alguna al alcohol)
En algún momento dado, una chica empieza a hablar de ropa, o algún chico de
algún video-juego y el grupo pasa a dividirse en dos. No quiero ser sexista, y
para que veáis que no lo soy, resulta que probablemente, como tengo ese
conflicto interno con mi yo femenino, cada vez que veo una tienda de ropa me
agobio y empiezo a desear volver a casa, probablemente yo estuviera en el grupo
de los chicos en este caso.
Pero volvamos al ejemplo y digamos que
alguna amiga me tuviera cogida por el brazo y yo no pudiera escapar de esa
terrible conversación de zapatos de tacón azul turquesa y lacito que se han
puesto tan de moda.
Como soy así de gafe, alguna de mis compañeras empezaría a hablar de culos (que
últimamente les gusta mucho). Yo empezaría a comportarme como un espectador de
un partido de tenis, siguiendo la conversación como una pelota, de chica en
chica, de tenista a tenista, pero sin nada de entusiasmo, intentado en algún
momento, como ya he dicho, escabullirme con los chicos, que están hablando del
call of duty, o cambiar de conversación sutilmente. (Por cierto, gritar
"ARAÑA" y hacerse la asustada es una buena opción).
Lo peor que te puede pasar en estas
situaciones es que todas comenten algo "a mi me gustan así" y la otra
"a mi así" y que te acaben mirando a ti. Están esperando. Esperando
tu contribución. Y tu solo puedes pensar ¿culo? ¿para qué quiero yo un culo?
¡me da igual! ¡Estáis todas locas!
Es entonces cuando tienes una idea
brillante y dices -¿Y que me decís de unos hombros anchos?
Jamás has pensado dos segundos en unos
hombros anchos, los hombros anchos es algo que la mayoría de hombres tiene por
definición y a ti no te va ni te viene, pero es más atractivo que un
culo.
Todas te miran con una sonrisa maternal
(¡awww...que inocente!) Al final la única persona que te da la razón es el
chico gay que ha conseguido infiltrarse perfectamente en el grupo femenino. Y
eso te hace sentir mal porque, él parece tener las claves de uno y otro mundo
(femenino y masculino) pero tú no.
Ellas empiezan a hablar de sexo, dando
detalles con pelos y señales. Y yo al menos empiezo a no entender un pimiento.
Y lo que entiendo, me quita las ganas de entender el resto.
Cuando vas al otro grupo, después de la
sorpresa inicial (¿¡ERES CHICA!? ¿¡TE GUSTA EL COD!?) tienes reservado un
cuestionario para ver si REALMENTE te gustan los video-juegos. Y sí, has jugado
al COD, al assasins, y a todos los FF habidos y por haber, incluso te los has
pasado, pero no has jugado al GTA. No te gustan los coches, y una mujer
voluptuosa en la portada no te resulta especialmente atractiva. Jugaste 5
minutos, y acabaste pasando de la misión principal, te cambiaste de pelo (eso
estuvo bien, pero no pudiste elegir un personaje femenino) y luego intentaste
llegar al borde del mapa, y aunque lo intentaste varias veces siempre venía la
policía ¿Que gracia hay en eso?
"Mucha" diría un chico.
"Poca" diría yo. "Ninguna" diría una mujer
cualquiera.
Lo siento, estoy cayendo en generalidades.
Estoy segura que algunos estaréis leyendo esto y pensando "esos juegos
denigran a la mujeres" (y creo tendréis razón en muchas ocasiones) otros
pensaréis "¿Qué dice esta tipa? ¡Yo pienso exactamente lo contrario!"
Otros no tendréis ni puñetera idea de que estoy hablando. Ante esto sólo puedo
decir; abajo podéis hacer comentarios. ¡Bendita sea la libertad de expresión!
Los chicos, en mi humilde experiencia, no
hablarían de sexo en el resto del día. Al menos no en mi presencia. Y si lo
hicieran, por estar yo delante, se cortarían un poco.
Creo que empezasteis pensando que era
femenina, aunque en realidad luego no lo era tanto, pero al final sí, incluso
quizás más que otras chicas, o no. ¿No habéis entendido una caca? Así somos las
mujeres. Miento, así soy yo.