Si quiero se coherente conmigo misma, si decidí amarle, tendré que seguir amándole de una forma o de otra. Lejos o cerca. Me quiera o no. Como un amante, como un hermano, o como un amigo.
Pero tendré que amarle.
Si quiero ser coherente conmigo misma, como decidí amarle, sea él feliz o triste yo seré feliz, porque escogió su propio camino, incluyéndome a mi o no en este.
Tendré que amarle.
Si quiero ser coherente conmigo misma, y aunque rompa la lógica de todo lo anterior, seguiré queriendo verle, buscando su nombre en los recuerdos de la personas que conozca, su cara en las fotos antiguas que nos hicimos como amigos. Su sonrisa en todos los otros hombres que intente querer.
Porque te seguiré amando.
Siendo coherente conmigo misma, tendrá que aparecer alguien muy bueno detrás de ti para que olvide comparaciones. Pero aparecerá.
Tiene que aparecer para que le ame.
Si hubiera sido coherente desde un principio, esto no habría pasado, y no te tendría atornillado a mi cabeza.
No te amaría.
Siendo coherente, no puedo ser coherente más tiempo. Quiero decir, te amo.
Pero voy a dejar de amarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario