lunes, septiembre 12, 2011

Ódiame, ódiame mucho

Cuando me dices que me quieres el mundo se quiebra, como papel quemado, deshecho, y se hace cenizas. Como si fuera dueño de mi ojos, como si fuera dueño de mi boca, me niego. Y el corazón se pudre, y ya no pide perdón. Los sueños me atacan insatisfechos, de fantasía o felicidad, recuerdan tu cara, recuerdan tu nombre, no recuerdan las veces que me hiciste llorar. La verdad y la mentira se mezclan. La fuerza se pone capa y se esconde de ti.
Ódiame, ódiame mucho, sé tu mi orgullo. Mátame y líbrame de esta prisión. Recae en tu vida la mía. Sé un héroe y termina conmigo. Termina con el dolor.

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