viernes, julio 15, 2011

D,( JI, D)

Mi alma tiene tres soles. Tres soles inmensos que lo alumbran todo, que iluminan los confines de este mundo, hasta el más recóndito lugar. De estos tres soles hay uno por encima de los otros que me ama de forma incomparable y perfecta. Que muere por mi cada vez. Un sol que me buscó a mi cuando era solo sombras y que me ha otorgado los otros dos soles, que son más pequeños pero muy importantes para mi. Uno es gigantesco y tiene un don para las bromas y la oratoria. Como un niño grande me saca de quicio, pero es tan bueno... que sol, que bendición, apaga y borra una buena parte de mi gran maldición. Luego esta el tercer sol, el más pequeñito. Llegó el último y tiene una suave sonrisa, y corre por el cielo como si tuviera prisa. Que es callado y amable, y un metepatas considerable. Que escuece cuando sana, que le quiero aunque él no me ama.


A mis tres soles

2 comentarios:

Iñaki Colera dijo...

Tú eres mi recompensa diaria, tu sonrisa mi oración matutina, tu mirada mi alimento, tu presencia mi reposo nocturno.
Las personas con las que uno se cruza en esta vida, y que llegan a formar parte de la trama que sostiene nuestra existencia, son la diferencia entre ser infeliz o dichoso.
Te quiero, soy muy afortunado por compartir mi vida contigo.

Patri dijo...

Solo la luan puede escribir con esa belleza de pureza argentina la ardiente pasion que produce el sol.