miércoles, junio 11, 2008

¡Hola!

Hoy quería contaros un divertido hecho que me sucedió, estaba yo en mi clase de Educación Física, ultima hora, aburriéndome porque me había tocado quedarme portera en un partido de fútbol. El caso es que Susana (una compañera), con toda la buena intención que se puede tener en este mundo, me ofreció quedarse ella, a todo esto mi mejor amiga (Patricia) me había informado que quedaban apenas diez minutos, así que tome valor en el hecho de que era un partido femenino, y desobedeciendo a mi sentido común, que me decía que lo mejor era quedarse quieta, salí a terreno de juego y me situé. Y me debí situar muy bien, porque no se si los de clase pensarán que fue planeado o tuve suerte, porque la verdad es que me cayó justo en la cabeza, y yo, viéndolo, rematé con la cabeza (auch!), pero por si fuera poco, y con lo tonta que me había dejado el remate, en el rebote de la pelota, vuelvo a estar tan bien situada, que va, y me da en la cara(auch!2), en ese momento creo que perdí el conocimiento por unos segundos, pues no recuerdo cuando me dejé caer al suelo, solo recuerdo a una masa gigantesca de chicas preguntando, riendo, sintiéndolo. Y por estas ultimas más lo siento yo, primero por que esta claro que lo he sentido, y segundo, por que si alguien ayudó al balón a seguir el transcurso que siguió, yo no me enteré ni de quién, ni de cuándo, ni de por qué. En realidad lo que más me preocupó de esta historia fueron las gafas a las que, gracias a Dios, no les ha pasado nada.
Me lavé la cara y volví al partido (quedaban cinco minutos) y tuve la oportunidad de volver a rematarla con la cabeza un par de veces, pero para ese momento, yo ya había aprendido la lección.

No hay comentarios: